viernes, 19 de noviembre de 2010

EL LLANTO DE LA PLUMA Y LA ROSA


Hoy siento dolor, rabia y a la vez preocupación, tal ves mis días de inspiración siempre serán así. Es difícil plasmar lo que ahora cruza por mi mente, pero creo que aunque huya estos siempre me encontraran. Quizá el ladrido de los perros y el bullicio del tráfico oculten los gritos de dolor que exclama mi alma, quizás la noche oscura y las frías gotas de lluvia oculten mi llanto y mis lágrimas.

Busco una respuesta a esta situación mientras el motor del auto ruge con rencor, como reclamando por mí al destino cruel que me toca vivir. Trato de concentrarme en algo que no sea ella, pero su rostro vive perenne en mis pupilas y su desprecio carcome lentamente mi alma. La tortura de su silencio es cruel y dolorosa, mas ya no queda fuerza para buscar un fin.

En estos días de dolor, rabia y preocupación mi pluma se libera, cobra vida y se desliza al compás de mis latidos por el limpio rostro de cualquier insensible papel, que con cada letra toma un tono gris, como veo todo alrededor. Sin ella no hay paz, no hay color ni fervor, todo es frío sin su cuerpo, todo es silencio sin su voz, todo es oscuro sin sus ojos, todo es muerte sin tu amor.

Al final de estos días siempre juro que no volverán a mí. Me oculto tras risas fingidas como tratando de perderme de lo que la vida me tiene preparada: por cada alegría es un dolor, por cada risa un llanto, por cada beso una lágrima, y no aprendo la lección, mas no puedo evitarlo, estos días son mi amor y su presencia el clamor de ver la vida con la pasión que ella despierta en mí.

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